La transformación de la mariposa antes de ser aplastada





YouTube está locamente lleno de tutoriales para el pelo. Pones esa palabra y aparecen 22 millones de videos. Es muy loco de veras. Parece un tema muy importante para la gente, ahora que está de moda tinturarse con más colores de los que usaría el más estrafalario de los drags. En los videos te enseñan hasta a decolorarte y luego pintarte de azul el mechón usando tizas del colegio. Te enseñan todo, excepto, por supuesto, a ser tú mismo.
Estuve toda la tarde en YouTube pero al final no me animé a jugar con los colores y me decidí por un pequeño cambio. Pensándolo bien fue lo mejor... Creo que no estaba listx para mucho más. El caso es que me corté el pelo.
Fue algo pequeño, pero me quitó un peso enorme de encima. No podía seguir así, viviendo con algo que no era mío.
Me tomé mil fotos y me gustaba lo que veía. En el espejo estaba yo, yo mismx tal cual soy y no otro, feliz como cuando la oruga se transforma en mariposa. Tengo el pelo corto y los mechones que me corté sin asco se van a quedar en el piso, lejos de mi cabeza.
Pero, claro, al final siempre vienen las redes sociales. Me tomé muchas selfies y subí la foto en la que me veía más serix y bellx con mi nuevo ‘look’ como foto de perfil en todos lados. Hasta llegué a imaginar cómo me vería con barba. Se los juro. Estaba tan orgulloso de ver mi verdadera cara que puse varias fotos. Pensé en borrar las anteriores. Al final decidí dejarlas para compararme y sentirme feliz cada vez que lo hacía. Esa niñita extraña que me saludaba todas las mañanas en el espejo se había ido, nunca más volvería a decirme “buenos días”.  
Estaba feliz… Hasta que vi las notificaciones. Los idiotas del colegio, por supuesto, se burlaron de mi foto de perfil. Y luego de las demás. Me gustaría decir que no me importó, aunque la verdad es que empecé a quitarlas… Una a una. No fui capaz.
—Mamasita, solo una cara tan divina resiste ese pelo!!
—Nooooo! Rapunsel ¿qué hiciste?
—Uy, nos pusimos radicales. ¿Crisis de identidad?
—Y entonces, cómo quiere que le digan ¿Ireno?
—La mera lesbiana

¡IDIOTAS!
En el mar de notificaciones, solo se prendió una vez el bombillito del chat privado. Solo una voz de aliento en medio de tanta basura que me arrojaban. Yo seguía con el celular en las manos, con ganas de llorar por ese rechazo que no esperaba. Y se prendió ese bombillito. Hablé con una amiga de verdad, una amiga que me apoya de verdad.
—Te ves bien. En serio.

—¡Gracias, J!

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